Y a lo lejos… se escucha ese caudal del río con sus manantiales frescos, como tus jugos cristalinos en mi cuerpo tibio, derramando por mi espalda las perlas que se escurren de tu frente, por la cabalgata ardiente con que subes mis montañas y me exploras toda, con esa magnitud, que tu mirada embarga en soledad discreta, extasiado con mis curvas que atropellan tus sentidos, como yo con mi delirio apretado entre tus dedos, cuando te hundes sin recelo en los rincones de mis sueños y sometes mi deseo a tu escrutinio.
viernes, 28 de enero de 2011
UN CANTO DE AMOR
La noche bostezó a sus anchas y la luna estiró sus rayos de plata como muslos encendidos por estrellas y parpadeó el silencio, entre la maleza espesa de la selva y se escuchó un gemido, cuando el viento acarició de golpe la cintura de los riscos, con bordes afilados (como los son tus labios finos) en las noches más intensas…
Y a lo lejos… se escucha ese caudal del río con sus manantiales frescos, como tus jugos cristalinos en mi cuerpo tibio, derramando por mi espalda las perlas que se escurren de tu frente, por la cabalgata ardiente con que subes mis montañas y me exploras toda, con esa magnitud, que tu mirada embarga en soledad discreta, extasiado con mis curvas que atropellan tus sentidos, como yo con mi delirio apretado entre tus dedos, cuando te hundes sin recelo en los rincones de mis sueños y sometes mi deseo a tu escrutinio.
Y a lo lejos… se escucha ese caudal del río con sus manantiales frescos, como tus jugos cristalinos en mi cuerpo tibio, derramando por mi espalda las perlas que se escurren de tu frente, por la cabalgata ardiente con que subes mis montañas y me exploras toda, con esa magnitud, que tu mirada embarga en soledad discreta, extasiado con mis curvas que atropellan tus sentidos, como yo con mi delirio apretado entre tus dedos, cuando te hundes sin recelo en los rincones de mis sueños y sometes mi deseo a tu escrutinio.
Y al compás apasionado de las horas, el reloj se ha desnudado junto al tiempo que nos mira, como arena en el conteo del minuto más preciso, donde escuchas el gemido de mi vientre que se escapa a mi faringe (y revienta entre tus besos…) y apenas cauteloso te sumerges en mis muslos con el tímido latir de tu silencio y atrevido, arrebatas un quejido de mi pecho que confiesa lo que siento en este encuentro, de dos mares agitados con el viento, de dos lunas en eclipse a sotavento y dos bocas, mordisqueando el mismo beso!
Y desciendo sin conciencia a tus costados, con el ímpetu coqueto de mis manos y te miro…ay caricia de mis ojos…e infinito vida mía te delineo… como un pájaro que vuela hasta su nido y en sus alas te ha llevado el plenilunio de la noche, las estrellas y los cielos, que celosos de tus mágicos destellos, se arroparon en mis pétalos dorados, como ocasos vespertinos y desnudos, en las grutas de mis sueños (donde guardo tanto amor, amado mío!)
Y te escucho…mientras callan los sonidos de la noche…a la espera de ese canto del marino a su sirena…que se viste con la plata de la luna y te espera en cada puerto en su mirar!
Eileen
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