Cuanto hable de ti en esas madrugadas frías
como si a la luna, mi única confidente…
le hubiese importado apenas mi amargura
Y en esta calle de nostalgias esparcidas como arena
después de recoger hastíos apilados en la esquina,
me vi forzada vida mía… a renunciar al alma
Y quise apretarte fuerte…en esa despedida…
como una fiera herida en selvas negras…
ante la inmortal fragancia de tu piel canela
Y grité como los vientos agitados en la noche
…anunciando la tormenta más funesta…
ante la pálida agonía de tu ausencia!
Y apenas despertaron las cigarras
y las aves de los nidos se escaparon…
cuando amor gimió de angustia mi desdicha
Y el reloj en su mutismo vago, azotó su pecho
y aquella campanada lenta sonó sin prisa…
quebrando los silencios de la alcoba
Y se estremecieron los cimientos de la casa
…donde amor fuimos forjando vida…
y ahora se mueren las caricias
Que dolor tan grande me acongoja apenas….
y de mis párpados marchitos (una lágrima callada)
se asoma al precipicio de mi alma
Y como queriendo alcanzar al abismo
…todas mis tristezas…caen en picada…
hasta llegar a estrellarse en la nostalgia!
Eileen
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