A veces tu nombre pintado de duelo
se lapida sobre el mármol de mis huesos,
en esas noches tan eternamente frías
donde las horas se desvelan en mis ojos
Y cuento a las luciérnagas calladas
que encendidas alumbran mi nostalgia,
como pequeños candelabros blancos
sobre nuestra oscuridad perpetua…
Y entonces, con una pausa inerte
la conté a la noche mi tristeza…
y le hablé de tus pupilas negras
donde tantas veces se perdió mi alma
Y le dije que es posible que el olvido llegue
montado en las carrozas de la luna…
mientras se escuche el canto de una loba
que aúlla en la bruma que la mira…
Así como esta soledad callada (me mira apresurada)
tratando de escapar sin prisa de un recuerdo…
el mismo…que plasmado en mi memoria…
me habla tantas veces de tu amor!
Eileen
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