miércoles, 9 de marzo de 2011
ELOCUENCIA
la mujer con su descaro,
me miraba un poco tensa y confundida.
Sus cabellos negros, largos y nocturnos,
caían alisados en sus hombros,
apenas pestañó y tembló su boca
y una risa tenue se escapó sin vida
Desafiante y despiada, me miró de frente
queriéndose adentrar en mi mirada...
y loca de dolor por tanta rabia
me alejé de prisa del espejo que gritaba
mi sórdida desgracia!
Eileen
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