EL IMPÍO
Cuando al estar a tu lado, impío,
descubro los secretos de tus sombras
y me invade la luz enceguecedora de tu rostro,
entonces, vuelves mi cráneo humeante
ornamentado de quejidos que se inclinan al averno,
y pienso,
Que estará pasando por tu inquieta mente,
que imagen hará sudar tu frente.
Tienes mi latido jugando en tu pecho,
tienes mi respiración jadeante,
todo esta hecho,
mas nada queda de mi vida,
¡Escupe ahora la hoguera en donde me devato!
apagala con tu saliva de manatial,
recúbreme de mi carne dejada atrás
y deja mis huesos caminar tras de ti
o talvéz de tu sombra,
Impio, dantesco mi infortunio
al quedar tendida a sotavento,
como una más entre el pasto,
a la deriva de los truenos,
sacudiendome las pestañas
para verte partir.
María Vanessa Soto Maldonado
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