domingo, 6 de marzo de 2011
HELADA
Impávida te miro
y una lágrima resbala callada,
la noche susurra afuera…
y mi alma se congela
Las horas, como viudas negras
colgando del reloj sin vida…
atropellan mi silencio
cuando cantan solas
Tu boca sellada
como puertas con cerrojos,
…mientras fuera…
yo me debato contando mi agonía
Tus ojos fijos en la nada
los míos en tu sombra…
y de nuevo, esa lágrima callada
cayendo sin palabras
Impávida te observo sólo…
en ese mausoleo frío donde enterré mi alma!
Eileen
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario