miércoles, 22 de diciembre de 2010
SILENCIOS
Después de caer la última gota de amanecer
y que el silencio inagotable de la noche
se diera en retirada urgente,
mi humilde corazón aún doliente,
desnudo se postró a los pies de tu recuerdo,
apretando entre sus dedos…
las huellas invisibles de tu paso ausente
La luna mancillada por tu ausencia
apenas esbozó un pequeño claro…
allí sobre lagunas de nostalgias
donde a veces las hadas se zambullen
como eternas sirenas encantadas,
y los duendes corren por los matorrales secos,
tratando de encender la hoguera
que alumbre mi amargura en soledad perpetua
Un puñado de libélulas fantasmales
alumbran los recodos de las selvas,
y el grito de tu súbito recuerdo…suena!
como una bofetada fría sobre el rostro de mi alma,
que mira (sin mirar siquiera)
la sombra que se quiebra
al paso de una lágrima en su pena
y silbó el silencio enredado con el viento,
como un quejido eterno y apagado…
que anuncia vida mía, el duelo sacro
de toda tu verdad y mi despecho,
despidiéndose sin causa de los sueños
Y el tiempo, cual sonámbulo indiscreto
se atrevió a pasar gritando en medio de la madrugada
que estaba recostada en una esquina,
evitando que la luna la encontrara…
son sola y desdichada por el golpe
que tu ausencia en su violencia la hirió de muerte
…apresurada y sin reservas…
Y entonces…se desangró el silencio
y la noche en fúnebre existencia…se quedó dormida!
Eileen
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